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Un Instante de Reflexión ante el Conflicto Mundial

De entre todos los episodios hostiles que actualmente acontecen en el mundo, los seres humanos no quieren entender que el remedio, o su solución, radica en ellos mismos.

Que cualquier enfrentamiento puede concluir con los resultados esperados, aunque se pueden evitar por las diferentes vías del diálogo, la tolerancia y el entendimiento; muy propias de las mentes que presumen ser civilizadas.

¿Qué le está ocurriendo al mundo? Al mundo no le ocurre nada; sigue girando, resistiendo a la ingratitud humana, pero deleitando con su natural belleza a quienes están dispuestos a observar.

No cabe duda que es el hombre quien está prácticamente perdido y desorientado, que prefiere luchar por sus intereses colectivos e individuales, a pugnar y dar el brazo a torcer por una sociedad donde cada uno pueda vivir pacíficamente, respetando las libertades de los demás bajo el orden y la equidad.

Después de tantos milenios de evolución, no parece entenderse las actitudes retrógradas por parte de los individuos ante esta tan presumida modernidad.

No es cosa incierta que la tecnología, dícese de una civilización presuntamente progresista, haya ido a la par de la ética y de los más nobles valores. El ser humano vuelve a fijar su mirada en lo superficial creyéndose superiormente avanzado y, por ende, “muy especial”.

Son numerosos los conflictos y eventos hostiles que se experimentan en la actualidad. Se diría que el mundo está pronto a acabar… Pero poco se puede hacer si no se actúa de raíz.

No es la religión ni los ideales políticos los que han dado buenos resultados para una estabilidad mundial, cada uno debería cuestionarse qué está fallando para que tal agresividad se tome como el único camino, el mejor aval, a la tranquilidad.

¿Y no es estar en paz lo que conduce a vivir en paz? Este es el derrotero que se persiste en no pisar. Téngase en cuenta que mientras no haya sosiego individual, el resto de lo que ocurra afuera, en el entorno que se viva, será básicamente igual.

Hay que mirarse por dentro antes de salir a convivir con los demás, en definitiva cada uno forma parte de este mundo que es un gran hogar y del que hay una responsabilidad absolutamente particular con la que obtener la tan ansiada armonía con su tangible e indispensable paz.

Este es un tributo al aniversario del natalicio de Mahatma Ghandi que se celebró este pasado 2 de octubre, fecha en la que también se conmemora el “Día de la No Violencia” y que clama a la paz mundial.

 

David Valentín Torres

Escritor de psicología y filosofía

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