La crisis financiera que nos ha afectado en los últimos tiempos comenzó en el año 2008 y finalizó en el año 2014 (estos datos según la contabilidad nacional), pues la economía no ha recuperado los valores previos a la crisis. Esta crisis se enmarca dentro de la crisis económica mundial de 2008 que afectó a la mayor parte de los países del mundo, en especial a los países desarrollados.
El comienzo de la crisis mundial supuso para nuestro país la explosión de otros problemas tales como el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria del año 2010 y el aumento del desempleo en España, alcanzando datos negativos históricos. Todo ello se tradujo en el surgimiento de movimientos sociales encaminados a cambiar el modelo económico y productivo así como cuestionar el sistema político exigiendo una renovación democrática (movimientos como los del 15M y la creación de nuevos partidos políticos como PODEMOS).
En España se originó, antes del año 2008, la situación propicia para que el ciudadano confiase y se endeudara eternamente con las entidades bancarias (se reformó la ley del suelo, se otorgaron beneficios fiscales, las tasaciones eran altas y el consumidor solicitaba hipotecas que superaban en muchas ocasiones el 100 % del capital, con hipotecas cuyo plazo para el pago se extendería prácticamente para toda la vida del prestatario).
Con la situación tal y como estaba, en el año 2010 los bancos y sobre todo las Cajas se desploman habida cuenta de sus propias políticas, siendo corresponsables de la burbuja inmobiliaria y posponiendo su necesario ajuste sin comunicar su verdadera situación patrimonial (recuérdese el caso de Bankia). Ante esta situación se originó una crisis financiera casi sin precedentes que justificó la necesidad de rescate con las ayudas públicas proporcionadas por la Unión Europea a estas entidades financieras. En el año 2007 los partidos políticos tradicionales, según datos que se barajaban en la prensa nacional, se encontraban endeudados con las entidades bancarias, alcanzando aproximadamente la cantidad total de 227 millones de euros, que se repartían en casi 54.4 millones de euros el Partido Popular, 59,4 el Partido Socialista Obrero Español, 10,4 millones de euros el Partido Socialista Catalán y el resto entre los partidos restantes.
En el gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero se había avalado un crédito de aproximadamente 100 millones de euros a Caja Castilla La Mancha, Cajasur, Caja de Ahorros Mediterránea, Banco Valencia y Caja Madrid. Todo ello antes de ser intervenidas por el Banco de España. También se nacionalizó tres cajas de ahorro por valor de 5000 millones de euros sufragados por el FROB (Caixa Catalunya, Novacaixagalicia y Unnim).
En la etapa del presidente Mariano Rajoy, casi todas las cajas ya habían sido integradas en Bankia y lanzada a bolsa por el que fuera vicepresidente en la época de gobierno de José Maria Aznar, Rodrigo Rato, con miembros de la cúpula de todos los partidos tradicionales, especialmente del Partido Popular, patronal y sindicatos, bendecida por el gobierno del PSOE, la Comisión del Mercado de Valores y el Banco de España.
En el año 2012, el Ministro de Economía Luis de Guindos, declaró que España necesitaba 50000 millones de euros, solicitando al Fondo Monetario Internacional que Bankia mejorara su balance y su gestión.
En junio de ese mismo año, el Ministro anunció que España había solicitado un rescate de hasta 100000 millones de euros a la Unión Europea que el Estado utilizó para sanear el sistema financiero a través del FROB.
Durante el transcurso de esta crisis hemos sido testigos del nacimiento de nuevos partidos políticos, la ruptura del bipartidismo, el fortalecimiento del independentismo en Cataluña, los nuevos movimientos con tendencia a romper el pan-europeísmo, del desplome de partidos políticos tradicionales, del nombramiento de un showman/empresario como presidente de EEUU, del florecimiento de ideas populistas/nacionalistas y de una inestabilidad económica y territorial del que España, aún desconociéndose el final del camino, para bien o para mal, tendrá un papel destacado.
Doña María Vanessa Ramírez Rodríguez, abogada.