Hoy no pude más. Salí corriendo de mi cuarto y llegué al salón. Me vi obligado a quedarme y el sofá me acogió. Hoy no pude más. Salté del sofá al suelo, miré al techo y una diminuta araña me sonrió. Le conversé de mi vida, de mis sueños, pero ella siguió tejiendo su suave tela para apresar al bicho incauto que la alimentó. Hoy no pude más. Fui del baño a la cocina escribiendo un texto de filosofía que alguno entendió. Fue una bendición a las ocho escuchar aplaudir a la gente desde su balcón. Hoy no pude más. ¡Quiero salir! ¡Quiero salir! Grité en silencio y nadie contestó. Vi que la noche y el día pasaban sin saber dónde estaba. Vi a la gente preocupada desde mi ventana y a los pájaros cantar a sus anchas. Tanto vi la paz del aire y el susurro de un ángel, que hoy no pude más y me dediqué a encontrar el camino de salida hacia mi libertad interior.
David Valentín Torres
Escritor e investigador