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PALESTINA, UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Ayer quise empezar el Pleno Ordinario del mes de julio hablando del genocidio de Gaza. Denunciando el genocidio de Gaza. Lo consideré una obligación ética. Una obligación moral. Una exigencia política. Y quiero compartir con ustedes lo que expresé a la corporación insular.

Es inaceptable no tomar partido, no denunciar que diariamente mueren personas indefensas cuando van a recoger desesperadamente algo con lo que alimentarse. Miles de personas están muriendo de hambre o muriendo cuando hacen cola para remediar el hambre. Más de 60.000 niños de dos años o 40.000 bebés están en peligro de muerte por hambre. Mueren igualmente cuando buscan asistencia sanitaria o cuando se trasladan de un lugar a otro porque se lo impone el ejército invasor. 90.000 personas han sido desplazadas internamente sin acceso garantizado a alimentos, agua potable, atención médica ni refugio seguro.

Lo que está viviendo el pueblo palestino es una tragedia insoportable. Más de 60.000 civiles, entre ellos más de 17.000 niños y niñas, han perdido la vida a causa de ataques indiscriminados e injustificables por parte del ejército israelí. Familias enteras han sido arrasadas, los hospitales y los centros humanitarios están siendo destruidos y se impide sistemáticamente la entrada de ayuda humanitaria. Todo esto no solo vulnera el derecho internacional, hiere profundamente la conciencia colectiva de la humanidad.

Palestina vive en estos momentos la violación más grave de los Derechos Humanos contra una población civil desde la Segunda Guerra Mundial. Está provocada deliberadamente por el gobierno israelí. Es seguida y aplaudida por una gran mayoría del pueblo que sufrió el holocausto nazi y que hoy reproduce ese genocidio con los palestinos.

Dos organizaciones israelíes de singular relevancia como B´T Salem y Médicos por los Derechos Humanos de Israel acaban de hacer público un informe en el que denuncian que su país esta realizando una campaña sistemática de destrucción de la sociedad palestina. Afirman que “el genocidio está ocurriendo aquí y ahora. Es nuestro genocidio y debemos detenerlo”.

Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, ha calificado este exterminio de la población palestina como un delito de lesa humanidad. La relatora especial de las Naciones Unidas ha descrito recientemente esta barbarie como una economía del genocidio”, sustentado en un sistema de ocupación explotadora y de lucro”.

No podemos silenciar el exterminio que se está practicando contra la población palestina. No podemos silenciar uno de los genocidios más crueles de la historia reciente. El Cabildo de Gran Canaria, como institución democrática y firmemente comprometida con la defensa de los Derechos Humanos, no puede, no debe permanecer impasible ante la catástrofe humanitaria, el dolor y la injusticia que estamos presenciando. Tenemos la obligación de alzar la voz frente al sufrimiento de los pueblos, especialmente cuando se viola de forma tan flagrante su dignidad, su derecho a la vida y a la paz.

Como presidente del Cabildo de Gran Canaria, en nombre de esta institución y de la sociedad grancanaria, debo expresar la condena más rotunda. Me sumo a las voces que piden el cese inmediato de las matanzas, el fin de las operaciones militares y la apertura urgente de corredores humanitarios. No podemos permitir que el hambre y el sufrimiento sean utilizados como armas de guerra.

Apelamos a la comunidad internacional, y especialmente a quienes tienen poder de decisión, para que actúen con firmeza. Que vayan más allá de la cobarde Europa que se muestra indignada con la “muerte inhumana de niños”, pero sigue manteniendo acuerdos comerciales y de venta de armas con Israel. Se indigna pero no plantea sanciones y ni siquiera revisa los acuerdos con ese país. Y se sigue permitiendo, por ejemplo, que el buque Maina, implicado en el comercio de armas con Israel, recale en el Puerto de Las Palmas para repostar. Todo el apoyo a la Conferencia de Urgencia por Palestina, promovida por el Grupo de La Haya y a los trabajos e informes realizados por la relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese, para los territorios ocupados de Palestina.

Cada día que pase sin respuesta, cada día que pase y se sigan ignorando los gritos de miles de personas inocentes que piden ayuda, es una derrota para la justicia y para la humanidad. Invoco a toda la sociedad consciente y a los países que se resisten a que se derrumbe definitivamente el marco que protege los derechos humanos a que lleven a cabo acciones eficaces contra esta barbarie. Para no tener que avergonzarnos cuando la historia nos examine.

Desde esta isla en medio del Atlántico, que hemos declarado como isla de Paz”, quiero hacer llegar toda nuestra solidaridad al pueblo palestino y a quienes, en cualquier parte del mundo, luchan por la paz, por la verdad, por la vida y por la dignidad humana.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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