En su espacio “Esos Locos Peludos” en Radio Faro, Sergio Bolaños habló sobre un estudio científico que analiza cómo deben seleccionarse, educarse y cuidarse los perros utilizados en intervenciones asistidas, es decir, aquellos que colaboran en terapias con personas con autismo, TDAH, trastornos cognitivos o dificultades emocionales en hospitales, colegios o residencias.
¿Qué es una intervención asistida con perros?
Son terapias donde el perro actúa como apoyo para romper barreras emocionales entre el paciente y el terapeuta. No es el perro quien hace la terapia, sino que facilita el proceso.
Claves del estudio que explicó Sergio:
La mayoría de entrenamientos actuales de perros de terapia se basan en la experiencia, no en ciencia. Este estudio propone un modelo riguroso basado en etología, neurociencia y psicología.
Se dan herramientas para seleccionar a los perros adecuados, entrenarlos correctamente y proteger su bienestar emocional.
Se destaca el uso del refuerzo positivo, evitando castigos, para garantizar que el perro mantenga la motivación, el vínculo con el guía y el autocontrol.
Los perros deben aprender a mantener la calma ante gritos, movimientos bruscos o situaciones estresantes sin reaccionar negativamente.
Etapas de educación del perro de terapia:
Cachorro (3 a 12 semanas): socialización, curiosidad ante estímulos nuevos sin miedo.
De 3 a 12 meses: obediencia básica, control emocional y contacto seguro con personas.
A partir del año: entrenamiento específico para hospitales, colegios, residencias o centros psiquiátricos.
Bienestar del perro: una prioridad
El estudio insiste en que el perro no es una herramienta, sino un compañero emocional. Debe tener descansos, supervisión veterinaria y no trabajar si muestra estrés (bostezos, rigidez, evitación de mirada).
¿Sirve cualquier perro para estas terapias?
No. No todas las razas ni todos los perros están preparados. Lo ideal es contar con profesionales desde el inicio para seleccionar y educar al perro adecuado. Aunque un perro adulto se puede entrenar, es más difícil si ya tiene miedos o hábitos adquiridos.
¿Y los robots-perro?
Aunque se están usando en algunos centros, Sergio explicó que un robot no puede interpretar emociones como lo hace un perro real.
Cita destacada
“El perro no es una herramienta terapéutica, es un agente emocional activo. Si no está bien, la terapia no funciona”.
En Radio Faro seguimos de cerca las noticias que transforman nuestra isla.
Sintoniza Radio Faro 92.5 www.digitalfarocanarias.com @radiofarosur WhatsApp 685 28 48 48



