NiKola Ivicic, maître y sommelier del restaurante Acuarela, participó en el Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria para compartir su pasión por el vino y la hospitalidad de las Islas Canarias. Aseguró sentirse “feliz” de haber sido invitado para transmitir el valor del producto local, el servicio y el cariño que caracteriza al sector en Gran Canaria.
Explicó que su labor en sala y bodega no es complicada cuando existe formación, preparación y pasión, insistiendo en que estos son los pilares para ofrecer un servicio excelente. Destacó que su equipo trabaja siempre con el concepto de “cariño canario”, como una forma de atención cercana, sonrisa, confianza y hospitalidad, elementos que influyen directamente en la experiencia del comensal.
Sobre el turista, afirmó que ahora está mucho más receptivo a la gastronomía y al vino local:
El cambio ha sido enorme.
Antes pedían vinos franceses o internacionales.
Hoy el 90% de los comensales pregunta por vino canario y quiere descubrirlo.
Defendió que Canarias vive un momento histórico enológico, pero con un reto importante: la producción es pequeña para la alta demanda exterior (mercados como América y Japón), lo que limita el volumen disponible en la propia isla.
En Acuarela, su maridaje incluye 11 copas, de las cuales 6 son de las Islas Canarias, y más del 85% de los productos que utilizan provienen del archipiélago. Para Nicola, esta apuesta por lo local es motivo de orgullo y una responsabilidad directa con los productores.
Sobre la calidad del vino canario, fue contundente:
“Nuestros vinos son únicos”.
Resaltó variedades como Listán Negro, Malvasía Volcánica, Verdello o Baboso, uvas que definen un perfil que no existe en ninguna otra región del mundo. Aseguró que los comensales, al probarlos, piden más y quieren seguir descubriendo.
Señaló que cada día aparece un nuevo productor, una nueva técnica o un nuevo estilo, tanto en cocina como en bodega, algo que “sorprende y emociona” a quienes visitan Acuarela. También habló del valor de productos como el café y el ron de las islas dentro de la experiencia gastronómica.
Antes de marcharse a su ponencia, recomendó un vino para los oyentes:
Un Carmelo Peña de Gran Canaria, fresco, volcánico, atlántico, de viñedos situados a 1.300 metros de altitud.
Cerró invitando a defender y disfrutar los vinos de la tierra:
“No dejen los vinos de nuestra tierra”.
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