Los peregrinos y vecinos fieles de Santiago de Tunte celebran el día grande del patrón municipal de Las Tirajanas con una misa y procesión, donde el Deán catedralicio Nicolás Monche López pide a los cristianos que “aprendan a bajarse de sus caballos (impulsos) para tratarse como verdaderos hermanos”
La figura ecuestre del Apóstol Santiago salió este miércoles de la Iglesia Parroquial del de Tunte a las 13:30 horas y a 30 grados a la sombra, mientras sonaban con sonoro entusiasmo los acordes regios del himno de España. A las 14.00 horas, después de su procesional paseo patronal anual por las principales calles del casco histórico, el icono del Santo volvió a entrar en el templo con los mismos acordes, interpretados con arte por la ancestral Banda de Agaete.
El peregrinaje de la imagen Santiago cubierto por intermitentes vivas, aplausos, serpentinas y lloviznas vegetales de pétalos de flores, dedicadas como votos por los vecinos de las calles Reyes Católicos, Tamarán y Santiago Cazorla, se inició y se cerró con sendos ramilletes sonoros de voladores, y como siempre al paso marcial que este año marcaron sobre el asfalto candente los componentes de la Agrupación Musical San José de Las Longueras (Telde).
Junto a los fieles acompañaron al icono del Santo el alcalde Marco Aurelio Pérez y resto de miembros de la Corporación Municipal de San Bartolomé de Tirajana; representantes institucionales de los ayuntamientos de Mogán, Arucas, Teror, Tejeda y La Aldea, y también los comisarios policiales y jefes de todos los cuerpos de seguridad del Estado en este municipio.
A la fiesta no faltaron peregrinos procedentes de Soria, Maspalomas, Fataga e incluso de Arucas, como José Falcón y su hija Daniela, que ya tienen la costumbre heredada y este año se hicieron acompañar también por su pequeño perro Chéster. Participaron en la procesión y antes también en la celebración religiosa que presidió el Deán de la Catedral, Nicolás Monche López, cantada y musicada de principio a fin por el Coro de La Aldea de San Nicolás. A la hora de la ofrenda sorprendieron las cajas de tomates, papayas, plátanos, piñas de cocinas, apio, melones y sandías de cosecha propia de Las Tirajanas que ofrecieron al Santo los agricultores de estas medianías.
Hermanos de un mismo padre
En su homilía, narrada “como un acto de ciencia ficción”, Moche López arengó a los parroquianos sobre el humano carácter impetuoso y fraternal del Apóstol Santiago, cuya figura pergeñó e insufló humilde, bajada del caballo y situada a su lado, al pié del altar. “Era el hermano mayor del también Apóstol Juan, ambos hijos de Zebedeo, un potentado armador pesquero, cuya vida cómoda abandonaron para aprender a vivir la aventura y el estilo de vida distinto de Jesús el nazaretno durante tres años, y después difundir sus enseñanzas por el mundo”.
El Deán, que hilvanó sucinta la historia peregrina del Apóstol por las tierras de España, “donde entristeció porque sólo logró hacerse con siete discípulos”, enfocó su mensaje hacia el paradigma central de las enseñanzas cristianas: “El reino de Dios está aquí. Él es nuestro padre, y el resto debemos vivir en este mundo como verdaderos hermanos. Tenemos que aprender mucho del Apóstol Santiago: bajarnos de nuestro caballo, porque cada uno de nosotros tiene su genio”, dijo a los participantes en la misa. “Y no me digas que no”, le reiteró Monche López a la ficción del Santo, apeado de su montura y situado de pié a escasos metros del sagrario.