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MUJERES RURALES DE GUAYADEQUE PARTICIPAN EN EL PROYECTO DE AIDER “SABERES, SEMILLAS, SABORES Y SONIDOS”

AIDER Gran Canaria pone en marcha el proyecto “Saberes, semillas, sabores y sonidos”, subvencionado por la Consejería de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria en la convocatoria de subvenciones para el fomento de la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres.

 

Es un proyecto de rescate de los saberes de las mujeres mayores y rurales como hacedoras y portadoras de conocimientos relacionados con los ecosaberes, la etnobotánica, los usos de las plantas medicinales, las semillas, los animales, las recetas, la artesanía, la música, y otras manifestaciones culturales.

 

El objetivo que persigue es rescatar los saberes relacionados con la variedad de productos agrarios, etnobotánicos, con el patrimonio culinario y las manifestaciones culturales relacionadas.

 

El proyecto valora el conocimiento tradicional de las mujeres, contribuye al conocimiento del territorio, de la producción y del uso de especies adaptadas; fomenta la resiliencia y el arraigo a la tierra, promueve la cultura, la salud y la dieta tradicional

 

Las agüimenses Isabel Cazorla Martel, de 79 años y su hermana, María, de 74, mujeres rurales de Guayadeque, participaron en esta iniciativa con la exposición sobre la elaboración de cestos de caña:

 

«Se abren las cañas, se van sacando las tiritas y se embragan para hacer el fondo… Llevan bastante trabajito y son un poquito agresivas porque cortan. […] Si está todo preparado, a lo mejor hago en 15 o 20 minutos un cestito grande. Estando todo preparado, tejerlo se hace más fácil. A día de hoy, sigo haciendo, pero poco, mi hermana también los hacía… Aquí en Guayadeque pocas eran las personas que no (hacían cestos de caña). Se hacía para todo, para la fruta, para llevar la ropita a lavar, para los cestos de la costura, para los pañales de los niños…».

 

Hay muchas historias y anécdotas de sus vidas en el Barranco de Guayadeque donde vivieron con frío, viento y mucho calor. Aseguraron que: “No faltaba comida, nos abastecíamos de lo que teníamos aquí, del campo y de los animales, pero sí había mucho trabajo. Hambre, nunca”. 

 

También recordaron expresiones y palabras que antes eran muy comunes y que se van perdiendo. Por ejemplo: atolear, echar; habilitar o ataviar, echar de comer; ándate luego, darse prisa.

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