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El Tablero expone fotos antiguas sobre la historia tomatera de Gran Canaria

El Centro Cultural El Tablero acoge hasta el próximo 3 de julio una interesante exposición fotográfica sobre ‘La familia en la zafra’. Puede visitarse de lunes a viernes en horario de tarde

 

La primera teniente de alcalde y responsable del área municipal de Cultura y Acción Social del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, Elena Álamo Vega,  invitó este viernes a la vecindad del municipio a visitar la exposición fotográfica antigua con escenas relevantes sobre la historia tomatera de Gran Canaria, que se está ofreciendo hasta el próximo 3 de julio en el Centro Cultural El Tablero.

 

La muestra, facilitada al Ayuntamiento por el archivo histórico de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía de Canarias (Fedac), se inauguró este viernes en el marco de la celebración de la XXI Feria de la Zafra, formando parte del programa cultural con el que arrancó este certamen, dedicado este año al papel que desempeñó la familia en el mundo y el momento histórico de los tomateros, y que también ofreció para respaldar esa visión temática el extraordinario y sentido espectáculo artístico poético musical ‘La Cantadera’.

 

En las 20 instantáneas que la componen, esta exposición fotográfica recoge con velada transparencia el duro retrato viviente de la sociedad agraria pobre, subdesarrollada, de familias numerosas, sin lujos cosméticos y con contadas diversiones pero sanas, que pobló de tomateros e incluso también de plataneras y sembrados altos de millos los llanos y laderas de las costas sureñas y norteñas de Gran Canaria.

 

En la exposición hay caras reconocidas, y sitios y momentos reconocibles. Las fotos muestran en su conjunto los rasgos psicosociales y culturales de personas, mujeres, hombres, niños y jóvenes, en un momento histórico evolutivo en el que la búsqueda del sustento familiar y también de su progreso obligaba a muchos menores de edad, niños y adolescentes, a incorporarse a las faenas laborales entonces imperantes, vinculadas salarialmente con la zafra: junto a la acequia o a pie de surco de sol a sol, o en los almacenes de empaquetado. Los hijos del tomate y de los tomateros sólo se incorporaron mayoritariamente a la educación reglada y periódica con la llegada del turismo. Sus padres, los actuales abuelos, se alfabetizaron a través de las ondas de Radio Ecca en duras horas robadas al descanso y al sueño.

 

Panorámica etnográfica

 

La exposición fotográfica, que sumerge al espectador en la espontaneidad doméstica de la época, ofrece una reconocible e imborrable panorámica etnográfica de usos y costumbres de las familias aparceras, tanto en el trabajo de campo como en los escasos momentos de ocio. Especialmente impactantes e ilustrativas resultan en ese sentido las instantáneas que ofrecen una visión del trabajo juvenil y cotidiano en los almacenes, o las que visionan la tarde social de los domingos o la jornada de asueto familiar playero muy cerca de las tierras que solían plantar.

 

Las fotografías seleccionadas para esta exposición también ofrecen multitud de detalles para la reflexión a los nietos de las familias tomateras que decidan reconocer su pasado en ellas, verlas con el rigor que merecen y transportar su imaginación a la historia socieconómica y familiar de la zafra tomatera, un cultivo extensivo que amortajó definitivamente su importante y preponderante presencia en la Isla ya entrada la década de los años ochenta.

 

La muestra también está indicada para que los seguidores de las romerías festivas de los núcleos poblacionales costeros, los que nacieron como cuarterías al amparo de las plantaciones de tomates, tomen buena nota sobre cómo vestían las aparceras y aparceros si desean rescatar la vestimenta tradicional.

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