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Yilenia Vega: “Las fiestas de El Tablero son más que un programa de actos: son una celebración colectiva de identidad, tradición y hospitalidad que cada año gana más adeptos dentro y fuera del municipio”.
Las Fiestas en honor a la Santísima Trinidad de El Tablero culminaron este domingo con una de sus tradiciones más esperadas: la Gran Paella Popular, elaborada para 5.000 personas en un ambiente de convivencia y trabajo colectivo que ya es símbolo de estas fiestas patronales.
Desde bien temprano, a las 8:00 horas, la actividad se hizo notar en las inmediaciones del Pabellón Municipal de Deportes. Allí se instaló la gigantesca paellera, transportada en camión, y se encendió el fuego con 400 kilos de leña y 300 de carbón. Un equipo de más de 25 cocineros, coordinados por la Asociación Jilorio y bajo la dirección de Ivonne Hernández, se encargó de dar vida a esta receta multitudinaria. “El fuego es el alma del arroz, y lograr la intensidad justa es parte del secreto”, explicó la portavoz del grupo.
A ellos se sumaron estudiantes del Ciclo Formativo de Grado Medio de Técnico en Cocina y Gastronomía del IES Faro, coordinados por su profesor, Paco Romero, quienes participaron en la elaboración, disfrutando de la experiencia y colaborando estrechamente con los profesionales. En total, tres horas de cocción, esfuerzo y mucha coordinación dieron como resultado una paella compuesta por 350 kilos de arroz, 750 litros de caldo y cientos de kilos de ingredientes como carne, mariscos y verduras.
Una vez listo el arroz, el testigo pasó a manos de la concejala de Festejos y Eventos, Yilenia Vega, quien, junto a los miembros de la corporación, voluntarios y camareros de distintas asociaciones del municipio, se encargó de emplatar y servir raciones sin descanso a las miles de personas congregadas. El menú se completó con 5.000 panes y 25 kilos de limones, en una jornada marcada por el buen ambiente y el sabor.
La concejala destacó la dimensión simbólica de este acto, que se celebra ininterrumpidamente desde 1997, salvo los años afectados por la pandemia. “Es una tradición que combina la profesionalidad de nuestros cocineros activos y jubilados con la implicación de nuestros vecinos, que, como cada año, no se pierden esta cita”, señaló.
La jornada festiva comenzó con el acto religioso de la tradicional misa cantada a cargo de la Agrupación Folclórica Amigos de la Cucaña y la posterior procesión de la imagen de la Santísima Trinidad por las calles de El Tablero, acompañada por las bandas Pequeña Estefanía y Guiniguada, y encabezada por la corporación municipal.
Desde la plaza, los asistentes se trasladaron hasta las inmediaciones del Pabellón Municipal para degustar la Gran Paella. Tras el almuerzo, la fiesta continuó con la verbena del solajero a cargo de Paco Guedes y Ochentour. Como broche de oro, la noche estuvo cargada de humor con la actuación de Petite Lorena. Tal y como destacó Vega, “El Tablero ha vuelto a demostrar que sus fiestas son mucho más que un programa de actos: son una celebración colectiva de identidad, tradición y hospitalidad que cada año gana más adeptos dentro y fuera del municipio”.