Parece fácil la pregunta, pero hay que aclarar la respuesta.
Canario es todo aquel que quiere considerarse como tal, independientemente de haber nacido o no en esta tierra maravillosa. El burro no es de donde nace, sino de donde pace.
Canario es quien lucha por esta tierra, por sus gentes, colabora con la economía de las islas… e incluso presume de vivir en el paraíso mundial.
Hoy, 27 de julio de 2025, se cumplen 50 años de mi llegada a Canarias. Yo era un pibito joven de 17 años que vine como Cabo del Ejército del Aire a hacer el tercer y cuarto año de carrera de prácticas en la isla de Gran Canaria. Si, vine para dos años y llevo 50 y seguiré en “mi tierra” el resto de mi vida.
De ese día recuerdo que salimos de Getafe (Madrid) en un avión militar de hélices, un DC-3. Al no ser un avión de mucho alcance hicimos escala en Tablada (Sevilla). En total fueron seis horas y media de vuelo.
En esa época no había los medios que tenemos ahora, no llevábamos ni agua ni comida para un viaje tan largo.
La carga del avión iba entre las piernas de los pasajeros, era costumbre que familiares que estaban destinados en la Península enviarán aquí sandias para disfrute de los suyos. Veníamos cinco “niños” y uno de mis compañeros partió una sandía y me dio a comer un trozo, yo era muy tímido, la gente mayor que venía lo estaba viendo, pero nadie decía nada, el caso es que cogí el trozo y me lo comí para saciar el hambre y, sobre todo, la sed. ¿Hice mal en hacerlo? Pues todavía lo pienso, eso sí, en caso de haber sido “un delito”, después de 50 años ya habrá prescrito.
Al llegar a Gran Canaria había una calima tremenda, era viernes y hasta el lunes no nos teníamos que presentar en la Base Aérea de Gando, así que nos fuimos en guagua a la playa de Las Canteras, uno de mis compañeros era de Gáldar y nos dijo que allí podríamos dormir en la playa o bajo las barcas de La Puntilla.
Siempre he sido muy vergonzoso, así que decidí con otro amigo buscar un alojamiento, mi madre me había dado 500 pesetas.
Finalmente encontramos uno donde la habitación costaba 80 pesetas por persona. Lo recuerdo perfectamente, Hostal Guacamayo en la calle Doctor Rosas, perpendicular a la calle Ripoche.
Lo curioso es que había hombres muy mayores que entraban con chiquillas muy jóvenes y muy guapas, ingenuo de mi yo pensaba que eran sus hijas o sus nietas hasta que mi compañero, mucho más espabilado que yo, me dijo “lo que supongo que el lector ya habrá deducido”.
El lunes por fin nos presentamos en la Base Aérea de Gando, y de allí mi alojamiento, y por meses, fue el Lazareto de Gando, antigua leprosería donde se metían a las personas enfermas que llegaban a nuestras islas y para evitar contagios allí los metían, o bien salían sanos, o salían muertos.
Este Lazareto fue, tras la guerra Civil, un campo de concentración donde se metían a los prisioneros de guerra.
Total, que mis primeros alojamientos en la Isla fueron realmente penosos.
Los fines de semana, los soldados de reemplazo nos invitaban a sus casas a comer potajitos, sancochos, algún asadero… y fueron, y así serán siempre, mis “familias canarias”, Suarez Melián, Pérez Ramos, Montesdeoca Calderín… muchos de ellos ya no están entre nosotros, pero siempre los recordare con agradecimiento.
Después de dos años de prácticas, en Gando, en “Los Pechos” y otras Unidades, tocaba hacer el quinto año en Madrid.
El 11 de julio, yo con 20 años, S.M. el Rey Juan Carlos I nos entregó los despachos de Sargento.
Yo ya estaba “infinitamente” enamorado del carácter y la forma tan amable de ser de los canarios, pero solo había una plaza aquí de mi especialidad y el amigo mío de Gáldar me dijo que se la dejara a él. Así lo hice, pero como si fuera un milagro, de repente apareció una segunda plaza y entonces ya no lo dude, volvía a mi paraíso canario.
Y así ha sido desde entonces, ejerciendo mi “canariedad” y mis deseos de seguir luchando por mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestra tierra canaria.
Es cierto que mi léxico es cien por cien canario, pero mi acento me delata, siendo de Santander ese acento fuerte no se me quita.
No me gusta cuando en Radio Faro Canarias, entidad en la que colaboro semanalmente, algún oyente se dirigía a mi como “el señor peninsular”. No, yo soy de donde quiero ser, y yo, para que nadie tenga dudas, soy tan canario como el que más.
No suelo celebrar la fecha de mi cumpleaños, pero en cambio sí que todos los 27 de julio, celebro, a pesar de mis primeras experiencias negativas, mi llegada a mi isla de Gran Canaria.
Gracias todos los lectores por leer este artículo.
Firmado:
Pablo Jiménez Gutiérrez (Canario)




Felicidades , orgullosa de ser canaria y que te hayas enamorado de Canarias tú también.
Gracias Juani, de verdad que hoy es un día importantísimo para mi
Muchas felicidades, por supuesto que eres un canario más, de hecho, llevas más aquí que cualquiera que lleve vivo menos de mitad de centuria. Tú y la gente como tú han sido y serán una bendición para esta tierra, que no pare nunca de seguir viniendo buena gente.
Muchísimas Gracia Germán.
Pablo, gracias de verdad por tu canariedad, por ser como eres y sobre todo por haberte conocido, haber sido tu subordinado, compañero y amigo.
Muchísimas gracias Jacobo. No sabes como echo de menos a mis tantos compañeros de Armas, con los que siempre me llevé bien. A ver si algún día podemos vernos.
Tú familia de sangre, sabe bien que eres desde hace años canario, de hecho os puedo asegurar que por la península no le vemos, pero estamos encantados que sea feliz allí que es lo importante, todavía recordamos el trauma que le supuso en su día ir allí.
Un abrazo a todos los canarios que tenéis una tierra preciosa tanto que cuando estuve allí embarazada elegí para mí hija un nombre vuestro.
Y permitirme un enorme abrazo de mi parte y nuestra amplia familia para mí primo del que estamos todos muy orgullosos.
Muchísimas gracias prima. A pesar de la distancia siempre estaremos en contacto. Si, mis primeros años aquí fueron difíciles, pero todo en la vida requiere un sacrificio, y al final he tenido una gran recompensa. Una gran familia y muchos y muy buenos amigos.
Pablo ha sido una bendición conocerte,queremos decirte que personas como tú son las que hacen gran grande a esta Isla,no cambies y te repetimos nos tienes a tu disposición siempre.Juan y Angela
Muchísimas gracias Angela y Juan, un placer tenerlos de vecinos.