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Los implicados llamaron a la pareja de la víctima para amenzarla de prostituirla si no saldaba la deuda
25 de septiembre de 2025 – La Guardia Civil de Vecindario ha logrado la detención de dos personas y la identificación de otras tres personas, presuntamente implicadas en un grave delito de extorsión, amenazas y coacciones.
El pasado 21 de agosto de 2025, un ciudadano acudió a las dependencias policiales manifestando ser víctima de una agresión y extorsión, según el denunciante, fue citado por un conocido para una reunión de negocios en un lugar público de Santa Lucía de Tirajana.
En ese momento, tres individuos, lo abordaron. El cabecilla del grupo, junto a dos cómplices, agredió a un hombre para exigirle una elevada suma de dinero, amenazándolo de muerte si no accedía. Durante la agresión le robaron el móvil, lo obligaron a desbloquearlo y accedieron a material íntimo suyo y de su pareja.
Con esas imágenes, llamaron a la pareja de la víctima para advertirle de que difundirían los videos si no colaboraba en el pago. Incluso la amenazaron con obligarla a prostituirse en Fuerteventura como forma de saldar la supuesta deuda.
Las pesquisas de la Guardia Civil de Vecindario resultaron decisivas para esclarecer el caso. Los agentes analizaron grabaciones de seguridad, tomaron declaraciones, incluida la de una testigo que se presentó voluntariamente y rastrearon redes sociales, hasta identificar a los presuntos responsables
La investigación apunta a una mujer que habría contratado a una empresa de desocupación para saldar una deuda, y a un conocido de la víctima que actuó de gancho. También se logró identificar a tres agresores, dos de ellos ya detenidos. Pese a la denuncia inicial, las amenazas continuaron mediante mensajes enviados a la víctima y a su pareja.
Las diligencias, detenidos e identificados han sido puestos a disposición del Juzgado en funciones de guardia de San Bartolomé de Tirajana
Delitos de extorsión
Las investigaciones de delitos como la extorsión, las amenazas y las coacciones son particularmente complejas y peligrosas debido a su naturaleza encubierta y la vulnerabilidad de las víctimas. A menudo, estos crímenes no dejan pruebas físicas evidentes, y el éxito de la investigación depende en gran medida de la declaración de la víctima y los testigos, quienes pueden estar bajo una intensa presión y miedo a represalias. Los agresores suelen operar utilizando la manipulación psicológica y el miedo para controlar a sus víctimas. La peligrosidad radica no solo en el daño físico que puedan infligir, sino también en el profundo impacto psicológico y emocional que generan, forzando a las víctimas a vivir en un estado de constante terror. La clave para desmantelar estas redes criminales es la confianza que la víctima deposite en las autoridades, pues sin su valentía para denunciar, estos delitos raramente salen a la luz.