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Goteras en habitaciones, charcos junto a camas y frío tras la borrasca Emilia: alarma en el CADI/CAMP San José de Las Longueras (Telde)

El AMPA, a través de su tesorera Teresa Ramírez, denuncia que el temporal ha agravado filtraciones en comedor, pasillos y habitaciones, con charcos junto a camas y enchufes, accesos sin seguridad y carencias de abrigo y lencería.
El paso de la borrasca Emilia por Canarias —con avisos meteorológicos por lluvias, viento y fenómenos costeros y un fin de semana marcado por la inestabilidad— no solo deja incidencias en carreteras y litoral. En ocasiones, también deja al descubierto algo más serio: la vulnerabilidad de infraestructuras esenciales que deberían estar preparadas para proteger a quienes más lo necesitan.

En ese contexto, el CADI/CAMP San José de Las Longueras, en Telde, vuelve al centro del debate público. No por un anuncio, ni por una inversión, sino por una denuncia contundente del AMPA: goteras, humedades, charcos en zonas de tránsito y dentro de habitaciones, además de un problema que duele todavía más por su sencillez: frío y lencería insuficiente para abrigar adecuadamente a los usuarios.

Este medio aporta los vídeos enviados por familias, con el objetivo de documentar lo ocurrido tras el temporal. En todo caso, la publicación se realiza con criterios de protección y sin exponer a usuarios, porque aquí lo importante no es el morbo: es la responsabilidad.

Lo que denuncia el AMPA y lo que muestran los vídeos remitidos

Teresa Ramírez explica que, tras una visita al centro, detectaron filtraciones que afectan a espacios clave del día a día:

Comedor con agua entrando por ventanas y signos de humedad y deterioro en techos en una zona donde los chicos bajan varias veces al día.

Charcos para acceder al comedor y también en el recorrido hacia las habitaciones.

Puertas “sin seguridad” que se abren solas en accesos cercanos a la zona de piscina, junto al comedor.

Charcos dentro de habitaciones, junto a las camas, con el consiguiente riesgo de caídas.

Mención expresa a enchufes sin protección en áreas afectadas por agua, lo que eleva la preocupación a un plano mayor: el de la seguridad.

No estamos ante una queja estética ni ante “una humedad más”. La combinación de agua + tránsito + habitaciones + electricidad es, sencillamente, una señal roja.

Obras sin delimitar y agua “a chorros”: el riesgo no se gestiona con parches

La denuncia añade otro elemento especialmente preocupante: en una zona posterior donde se realizan trabajos con paneles, el AMPA afirma que el agua seguía entrando de forma continua, acumulándose como una “piscina”, y que la zona no estaba delimitada para impedir el paso o advertir del peligro.

En un centro sociosanitario, cualquier intervención de obra exige algo básico: control del riesgo, señalización, delimitación y protocolos. Lo contrario no es “ir tirando”: es exponer.

El frío y la lencería: cuando lo mínimo también falla

La segunda parte del testimonio no habla de paredes ni de techos. Habla de dignidad. Ramírez asegura que la lencería de cama que han visto se reduce, en algunos casos, a una colcha muy fina y una manta en mal estado, y que incluso dudan de que haya mantas para todos. Describe además un frío intenso en el interior y afirma haber observado a menores “sin camiseta” o “sin zapatos”.

Si esto se confirma, no es un problema menor: es una vulneración de las condiciones básicas de cuidado en un recurso donde la administración tiene una obligación reforzada.

Un centro de atención con responsabilidad pública

El recurso de San José de Las Longueras figura en la Red de Centros y Servicios de Dependencia del Gobierno de Canarias como CAMP San José de Las Longueras, dependiente del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IAS) del Cabildo de Gran Canaria, en Telde.

Precisamente por tratarse de un recurso que atiende a población vulnerable, el listón no puede ser “lo que se pueda”. El listón es seguridad, salubridad, abrigo y cuidado siempre .

Lo que debería activarse de inmediato

Sin perjuicio del derecho de respuesta y de la verificación técnica, la situación descrita obliga a actuar en dos carriles: emergencia y solución estructural.

Inspección técnica urgente (estructura, impermeabilización, salubridad y evaluación de riesgos).

Revisión eléctrica inmediata en todas las zonas afectadas por filtraciones y charcos.

Aislamiento y delimitación de áreas con agua acumulada y de zonas de obra, con control de accesos.

Dotación extraordinaria de abrigo y lencería, con inventario y garantía de disponibilidad para todos los usuarios.

Plan de reparación con plazos públicos, responsables identificados y seguimiento verificable.

La borrasca Emilia no puede convertirse en coartada. Un temporal puede explicar un daño, pero no puede justificar que un centro de atención funcione “por dentro” como si estuviera a la intemperie.

Porque cuando hablamos de un centro sociosanitario, no hablamos de comodidad. Hablamos de seguridad y dignidad. Y en eso, cualquier retraso tiene nombre: dejación.

 

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