En Radio Faro, vuelve el espacio “Protegemos, educando en la prevención” con Momo Brito, centrado esta vez en los siniestros viales (lo que solemos llamar “accidentes de tráfico”) y, sobre todo, en la responsabilidad en fechas navideñas, cuando aumentan las salidas, las comidas y “la copita de más”. La idea es clara: disfrutar, sí; pero si no estás en condiciones, no conduzcas porque un coche “es un arma” y puedes destrozarte la vida y la de otros inocentes.

Antes de entrar de lleno en carretera, Momo retoma un aviso que se le quedó del programa anterior sobre riesgos en el hogar: los árboles de Navidad y muchos adornos actuales son plástico (derivados del petróleo), arden con virulencia y rapidez, y conviene separarlos de sofás, cortinas y materiales fácilmente combustibles; además, pide cautela con bengalas, voladores, petardos (por incendio y por el sufrimiento de los animales).
Ya en materia vial, explica la diferencia clave:
Accidente: suceso involuntario e imprevisible (pone ejemplos como un socavón repentino o una piedra que cae en carretera).
Siniestro vial: hecho previsible y evitable, donde en torno al 90% de las causas son humanas (alcohol, drogas, velocidad, distracciones, estado emocional, no respetar señales). Por eso insiste en llamar a las cosas por su nombre: “accidente” suena “vacío” frente a lo que realmente ocurre.
Momo hace un homenaje a la asociación Stop Accidentes (nacida en 2000 por familiares y amigos de víctimas), destacando el “submundo” que viene después: apoyo psicológico, asesoría jurídica y social a víctimas y familias, además del impacto brutal de tener que pasar por juicios, secuelas y cambios de vida radicales. Él mismo colabora con charlas y proyectos, y se define como “víctima indirecta” por lo vivido en su trayectoria profesional.
Aporta datos y contexto: en España, en 2024, murieron 1.154 personas por siniestros viales y 4.634 sufrieron lesiones graves con hospitalización. Lo llama “cifras frías”, pero las usa para aterrizar el problema, más aún en Navidad.
El momento más impactante del audio llega con un ejemplo real difundido por la DGT: el apagón en dos discotecas (Madrid y Barcelona) y el testimonio de un joven (Carlos Rubio) desde prisión, contando cómo, por alcohol y exceso de velocidad, mató a su amigo, dejó a otra persona grave, perdió trabajo y familia y quedó marcado de por vida. El mensaje: “crees que controlas… pero te puede pasar a ti”. Según explica Momo, aquella noche normalmente se quedaba en el parking un 5–6% de la gente; tras el mensaje, se quedó más del 50%, y “ese vídeo salvó vidas”.
A partir de ahí, encadena realidades duras: menciona el caso de un camionero que por cambiar una canción en el móvil pierde la referencia y provoca un impacto en el que mueren tres niños hermanos, y vuelve a subrayar el peso de la conciencia y la condena (cárcel incluida) cuando el daño lo causas tú. En el debate, incluso se habla de “error” versus “culpa”: si bebes y coges el coche, no es un despiste; es una decisión.
Defiende también el papel de la Guardia Civil: controles que “salvan muchísimas vidas”, aunque socialmente se critique por multas o puntos; para él son “ángeles vestidos de verde”, y lamenta la cultura de avisos por WhatsApp para esquivar controles.
En clave didáctica, desmonta mitos: no existe “coche invencible”. La seguridad real es la conducción. Recuerda que muchas pruebas de choque se hacen en rangos de 54–64 km/h, y aun así los resultados son devastadores. Explica además la física básica: en un choque frontal, si un coche va a 80 y otro a 60, el impacto “se siente” como 140; y en laterales (por saltarse un stop), la zona es más débil y el daño se multiplica.
Pone ejemplos concretos que rematan el mensaje de prevención:
Un siniestro en Astudillo: padre e hijo de 14 (delante) sobreviven con fracturas; madre y dos niños pequeños (atrás, sin retención/cinturón) salen despedidos y fallecen. Conclusión: cinturón siempre, también en trayectos cortos.
El riesgo dentro del coche: incluso un perro pequeño en un impacto se convierte en un “proyectil” por efecto de la energía.
Un caso en la autopista a la altura de Arinaga: una enfermera se detiene con buena intención para ayudar, vestida de negro y con la puerta abierta invadiendo carril; un vehículo la golpea y muere. Mensaje: ayudar sí, pero con seguridad y visibilidad, porque el peligro continúa.
El cierre del segmento pide algo muy concreto: que la audiencia sea “altavoz” y comparta este mensaje con familiares y amistades, porque el precio es demasiado alto. Y como recomendación final de Navidad: sal, disfruta, pero si has bebido taxi/guagua, que conduzca otra persona, o quédate y duerme; la Guardia Civil no te va a multar por estar evitando una tragedia. Momo se despide deseando unas fiestas tranquilas y confirma que volverá el próximo año.
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