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Tunte fue este domingo capital cultural y festiva de la Reserva de la Biosfera

Las actividades lúdicas y divulgativas organizadas por la Concejalía de Medio Ambiente se celebraron con carácter festivo y familiar en el Centro Cultural Pancho Guerra.

El Centro Cultural Pancho Guerra en el casco histórico de la villa de San Bartolomé de Tirajana acogió este domingo la celebración de un encuentro lúdico cultural organizado por la Concejalía de Medio Ambiente de este ayuntamiento para potenciar los valores de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.

Financiado por la Consejería de Presidencia del gobierno del Cabildo y el Instituto Insular para la Gestión Integrada del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, el encuentro se inició sobre las nueve de la mañana, con unos 17 grados de temperatura en las Medianías, y se prolongó con carácter festivo y familiar hasta pasadas las tres de la tarde.

Bajo el eslogan ‘Vive la tradición y comparte los valores de la Reserva de la Biosfera’, el evento contó con la participación del alcalde de San Bartolomé de Tirajana y también presidente de la Mancomunidad de Municipios de las Medianías de Gran Canaria, Marco Aurelio Pérez Sánchez.

La implicación vecinal en esta festividad fue aumentando a medida que avanzó la jornada y acabó siendo bastante notoria. Entre los asistentes destacó la presencia de muchos vecinos llegados desde las poblaciones costeras del municipio, a los que la concejalía organizadora dirigida por la teniente de alcalde Araceli Armas Cruz facilitó un servicio gratuito de transporte. Al acto también se acercaron turistas en plena gira por las medianías de la Isla.

Este encuentro, enmarcado en el 20º aniversario del nombramiento de la Reserva por la Unesco contó entre sus principales atractivos con un pequeño mercado agrícola y artesanal donde brillaron con especial interés productos de cercanía y kilómetro 0 como las variedades de quesos, vinos, aceitunas, respostería, mermeladas, mojos, y café, que pudieron degustarse y comprarse sin mediación de intermediarios, ofrecidos por las queseríasAmurga-La Cazuela y La Chalupa, Cafetales Maspalomas, la Repostería sin gluten Cositas Dulces, la Bodeja Las Tirajanas, Gran Aloe y Valsabor, sorprendiendo esta última a los interesados por sus mermeladas de pimiento, tuno indio, guayaba y naranja, y su oferta de mieles de azahar, eucalipto, romero y mil flores. También ofrecieron sus productos un puesto con frutas y verduras, la floristería 15 pétalos, tres puestos de joyería y bisutería artesanal, uno de juguetería en madera y otro de artesanías elaboradas con tela de saco.

Durante este encuentro lúdico y cultural también tuvieron una repercusión considerable el amasijo de pan tradicional que se efectuó en el horno del Museo Casa de Los Yánez, y un taller de elaboración de mantecados característicos de Tunte que ofrecieron magistralmente mujeres vecinas de la Vill, que también deleitaron con una representación costumbrista sobre las labores que antaño desempeñaban las mujeres rurales de las medianías. Para los más chicos se organizaron un taller de juegos tradicionales, otro de pintura con cochinilla y el espectáculo audiovisual con títeres ‘Cancionero de la Reserva’, un trabajo promocional y de aprendizaje inclusivo sobre la Reserva de la Biosfera a cargo de la compañía Cancionero Isleño.

La vertiente formativa, concientizadora y divulgativa del encuentro se materializó también a través de dos charlas. La primera de ellas a cargo de Midori Ramírez, del proyecto Ecoescuelas de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. A través de paneles informativos y mediante una interlocución directa con los asistentes disertó sobre la importancia natural y cultural que singulariza a la Reserva grancanaria, un territorio que ocupa casi el 46% de la Isla y de la que forman parte siete municipios (La Aldea de San Nicolás, Tejeda, Artenara, Mogán, Vega de San Mateo, Agaete y San Bartolomé de Tirajana. Habló de sus peculiaridades y detalló que en San Bartolomé de Tirajana, como zona de transición hacia uno de los corazones de la misma, el Pinar de Inagua, se incluye dentro de territorio protegido por la Unesco las zonas de Fataga, Amurga y Ayagaures-Pilancones. Afirmó que si se recuperaran los barrancos cabría la posibilidad de que los límites de la Reserva pudieran ampliarse y llegar a Las Dunas. También significó en relación con el proyecto Ecoescuelas y la difusión y enseñanza sobre la Reserva la complejidad de San Bartolomé de Tirajana como municipio de gran extensión geográfica pero con la mayoría de su población asentada en la zona de costa, a lo que uno de los asistentes a la charla instó que “todos tendríamos que hacer el esfuerzo de potenciar las medianías ofreciendo una imagen mucho más atractiva de los desplazamientos. Se tarda más en llegar a Las Palmas que a Tunte”, dijo. Otro joven asistente, estudiante, manifestó al respecto que la educación que se está impartiendo no aterriza sobre el territorio insular, sino sobre le peninsular.

La otra conferencia la ofreció el presidente de la Asociación de Criadores y Exportadores de Cochinilla de las Islas Canarias, Lorenzo Pérez, que también brindó junto a su padre un taller de pintura infantil con cochinilla. Historió la importancia que tuvo para Canarias el cultivo y exportación de este producto y alertó sobre el final inevitable que tendrán las tuneras canarias por la plaga que las está afectando. “Entró por la isla de La Palma en 2010 y saltó a Tenerife en 2018 por una ayuda a la comercialización de los tunos. En Gran Canaria entró en 2023. De aquí a cinco años se acabarán las tuneras y los tunos canarios que todos conocemos. El problema está en el control de fronteras. Y otro problema es que con las pagas que hay la gente ya no se molesta en ir a coger turnos, y los niños no van al campo”, afirmó Lorenzo Pérez. También disertó sobre su trabajo para conseguir la Denominación de Origen Protegida para la cochinilla canaria en 2016 y cómo está batallando para lograr también de la Unión Europea el Sello Ecológico para el producto. “Se está tramitando para que sea el primer y único colorante natural del mundo. En EEUU ya hace un año que se prohibió el uso de colorantes sintéticos por provocar la enfermedad que todos conocemos. Todavía se utilizan en Europa, sobre todo en las golosinas de los niños, en carnes, refrescos y en todo tipo de alimentación”, señaló Lorenzo Pérez, quien recordó que su abuelo ya venía a Tunte a comprar la cochinilla que se recolectaba en la comarca.

El encuentro por la Reserva de la Biosfera finalizó en las instalaciones del centro del Mayor en Tunte, con un almuerzo popular a base de Ropa Vieja amenizado por la Parranda A Cal y Canto.

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