En Radio Faro, dentro de El Batiburrillo, se entrevista al belenista y artesano Nacho Maya, autor del Nacimiento del Faro de Maspalomas (aclarando que, en Gran Canaria, se usa mucho “nacimiento” cuando la escena no está inspirada en la ciudad de Belén y especialmente si es un nacimiento canario). La conversación se centra en la obra recién inaugurada en el Faro, en el trabajo artesanal que hay detrás, en la respuesta del público y en su tristeza por no haber sido elegido este año para realizar el Belén municipal de San Bartolomé de Tirajana.
Cómo es el Nacimiento del Faro: costumbrista y canario, inspirado en Tunte
Nacho describe el montaje como un nacimiento costumbrista canario, centrado en costumbres y tradiciones, con una estética que “te recuerda a la tierra de uno”. A diferencia del año anterior (más general), este año decide inspirarlo en un lugar concreto del municipio: Tunte (San Bartolomé de Tirajana), porque resume arquitectura tradicional, tradición y costumbre.
Trabajo y tiempos: planificación desde agosto/septiembre y montaje en pocos días
Explica que el montaje en el Faro fue de 3-4 días, pero el trabajo real viene de meses atrás: afirma que empezó a planificar “de lleno” desde finales de agosto / septiembre, aunque ya tenía ideas y elementos preparándose antes (palmeras, árboles, etc.). Comenta lo difícil que es cuantificar horas siendo autónomo, porque gran parte del trabajo se hace “a ratos” y en casa.
La réplica de la Iglesia de Tunte y el detalle de las vidrieras
Uno de los grandes focos del nacimiento es la Iglesia de Tunte, con una réplica minuciosa. Nacho cuenta que encontró en internet fotografías de alta calidad de sus vidrieras (algo no tan habitual), y decidió hacer un “guiño” permitiendo que se vean incluso desde fuera para que el público pueda contemplarlas. Señala que están representadas imágenes como la Virgen del Rosario, San Bartolomé y Santiago Apóstol, y que en las vidrieras laterales aparecen santos/patrones de distintos lugares del municipio: San José de Fataga, San Fernando de Maspalomas y la Santísima Trinidad de El Tablero, entre otros.
Explica además su visión sobre incluir una iglesia en un nacimiento: aunque a algunos belenistas no les gusta por la coherencia histórica, él defiende esa licencia artística porque la iglesia suele ser el monumento principal de un pueblo y refleja su historia y patrimonio.
Tejas, materiales y visión 360º: “no hay lugar a error”
Cuenta que el Nacimiento del Faro tiene una peculiaridad: se puede ver por todos los lados y también desde arriba, desde la galería/balconada. Eso obligó a construir “todo”, sin esconder partes. Da un dato muy concreto: solo la iglesia tiene unas 3.540 tejas, hechas, colocadas y pintadas una a una. Incluso comenta el tamaño aproximado de la iglesia dentro del montaje (alrededor de 1,29 x 1,92), comparándolo con su cama.
También enumera la variedad de materiales habituales: desde poliestireno (principal), hasta alambre, cinta de carrocero, goma EVA, cartón y madera, destacando que el público ve el resultado final, pero no siempre imagina el trabajo previo.
La Casa de los Yanes: interior visible y valor patrimonial
Dentro del nacimiento incluye también la Casa de los Yanes (museo etnográfico), un lugar que dice que le encanta desde pequeño y que considera representativo de Tunte junto con la iglesia y el entorno. Menciona que le hubiera gustado incluir el cementerio (BIC), pero el espacio lo hizo complicado.
Visitas y reacción del público: turismo, fotos y curiosidad por Tunte
Explica que el Faro es un espacio gratuito y de enorme tránsito, con una cantidad de visitantes que, por ubicación, puede superar incluso a museos muy visitados. Cuenta que durante el montaje decidieron no tapar el nacimiento para que la gente pudiera ver el proceso. Relata que muchos turistas (nacionales y extranjeros) preguntaban si estaba relacionado con la Navidad (nativity scene), porque no están acostumbrados a nacimientos que vayan más allá de la escena estricta, y se sorprendían al ver un nacimiento inspirado en “nuestra época” y en lo canario.
Destaca que ese interés genera un “feedback” positivo: algunos preguntaban qué iglesia era, dónde estaba Tunte, e incluso plantea que más de uno pudo ir luego a conocer el lugar. Para él, despertar curiosidad es parte del objetivo del oficio.
Segundo nacimiento: Centro Insular de Turismo
Además del Faro, Nacho cuenta que también ha montado otro nacimiento en el Centro Insular de Turismo. Recuerda que de pequeño visitaba el belén que se hacía allí y que llevaba años sin montarse. Explica que, al ser un espacio de turismo, optaron igualmente por un nacimiento costumbrista canario (no hebreo) para mostrar a visitantes arquitectura tradicional, trajes tradicionales y elementos culturales; menciona que el centro ya tiene vitrinas y referencias culturales (como materiales de trajes tradicionales y publicaciones). Recalca que ambos espacios son para todo el público y de entrada gratuita.
El Belén municipal: no contaron con él y lo vive “con tristeza”
La parte más crítica y emocional llega cuando se aborda por qué no está este año en el Belén municipal de San Bartolomé de Tirajana. Nacho repasa su historia: empezó a hacer belenes desde los 15 años, primero en casa, luego al público; el primer año en la biblioteca municipal de San Fernando, después en distintos espacios (menciona Casa Saturninita, Casa Condal, y el año pasado en Parque Sur). Este año, dice, el municipio ha optado por otro tipo de nacimiento y no han contado con su trabajo; admite que no tienen obligación, pero afirma que lo vive con lástima y tristeza por la tradición creada y por el valor artesanal de una obra hecha a mano.
Comenta que le sorprende especialmente por llevar tantos años y por el peso que tenía para vecinos, en especial mayores, que lo visitaban como parte de su rutina navideña. También señala que ya el año pasado le costó el cambio de ubicación al Parque Sur porque quedaba más aislado de zonas residenciales y algunos mayores no se enteraron o no fueron. Defiende espacios como la Casa Condal como lugar cultural que podría tener más uso. Menciona que este habría sido su noveno año (tiene 23), y que incluso tenía ilusión por hacer algo especial en el décimo aniversario.
A pregunta directa, dice que sí estaría dispuesto a volver en próximos años “si se dan las condiciones adecuadas”, porque tiene interés en mantener viva esa tradición.
Mensaje final: tradición, cultura y una llamada a “no americanizar” la Navidad
En su invitación final, Nacho reivindica el nacimiento como algo “muy nuestro”, y plantea una reflexión crítica sobre la tendencia a “llevar la Navidad a los yanquis” (americanizarla). Sostiene que el nacimiento trasciende lo estrictamente religioso: es cultura, tradición y un motivo para reunirse en familia. Invita a visitar el Nacimiento del Faro y el del Centro Insular de Turismo como excusa para encontrarse, compartir y también dinamizar la economía local “sin pasarse de la raya”. El programa cierra felicitándolo por su trabajo y animando a la audiencia a visitarlos.
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