Siguiendo la tradición iniciada a mediados del pasado siglo, los vecinos y vecinas del barranco piden al santo un buen año de lluvias para llenar el embalse y garantizar el riego de sus cosechas
Aprovechando el radiante sol del mediodía, la vecindad de Ayagaures clausuró este domingo sus fiestas populares sacando en rigurosa y sentida procesión por el muro de la emblemática presa a su pequeño y entrañable icono religioso El Niño Dios.
El séquito procesional, acompañado musicalmente por los acordes de la Banda Isleña y guiado en la plegaria por el cura párroco de la zona, Domingo Muñoz Pérez, hizo el recorrido penitente siguiendo la tradición de pedirle fervorosamente al santo su colaborativa intercesión por un buen año de lluvias para sus cosechas.
La vecina Ana Rodríguez, de 92 años, recuerda que la procesión del Niño Dios la iniciaron a mediados del pasado siglo, los vecinos Diego León, Juan Quintana, Andrés Hernández y su propio padre, Francisco Rodríguez Rodríguez, “porque hacía 7 años que no llovía como debía. Se unieron y sacaron caminando al santo desde la Hoya Honda hasta la presa, y en medio del muro se pararon para que él viera lo seco que estaba todo. Y se hizo el milagro, porque dos años después llovió”, dice.
Algunos vecinos sostienen que es bastante probable que aquellas lluvias solicitadas al Niño Dios coincidieran con el temporal que en febrero de 1956 provocó el corrimiento de tierras de Rosiana.
La sentida procesión del Niño Dios, junto con el posterior asadero familiar de chuletas y su verbena de solajero, es uno de los acontecimientos más importantes y concurridos de las fiestas vecinales de Ayagaures, que este año fueron pregonadas por la concejala de Vías y Obras y Parque y Jardines del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, Araceli Armas Cruz.
En la procesión del santo, la vecindad de Ayagaures estuvo acompañada por la primera teniente de alcalde, Elena Álamo Vega y los concejales del gobierno municipal Airam Martel, Araceli Armas, Pablo González y Yurena Tejera.