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ORGULLO GAY, ¿LIBERTAD O LIBERTINAJE?

En medio de un mundo en el que parece que lo único importante es el dinero y el poder y más cuando atravesamos estos duros momentos de pandemia mundial y crisis, la normalidad sigue intentando cada vez con más fuerza abrirse camino en nuestra rutina, en consecuencia, ha vuelto a nuestras calles días tan importantes para el sector turístico, hotelero y empresarial como el esperado “gay pride” (orgullo gay) una celebración que cada año consigue más adeptos. Ahora bien, nada nunca fue tan perfecto como para llover a gusto de todos y el orgullo gay no iba a ser menos.

 

El movimiento gay nace con la finalidad de reclamar derechos e igualdad ante el colectivo homosexual y las personas transexuales, entre otras. Hasta ahí todos podríamos estar de acuerdo, pero lo que se viene aconteciendo en las calles de Playa del Inglés desde unos años hacia aquí, podría distar mucho de representar al colectivo.

Imagino que a todos nos ha quedado claro ya que a nivel promocional, el orgullo nos viene más que bien, turísticamente está atrayendo bastante visitas y hay quién diga que económicamente es casi una salvación de temporada, pero hay una importante línea que cada año parece costar más definir, y es la importantísima y delicada franja del respeto y la libertad.

Claro, en una democracia cada vez más manipulada y perdida por parte de muchos partidos políticos, en medio de tanta incertidumbre social, ha debido empeorar las percepciones de cada quién. Definir normas, derechos y valores tan básicos como estos se ha convertido en una contra batalla que cada año se entiende menos, pues apelar al racismo, la intolerancia o la coacción de libertad son recursos muy relativos para defender aquellas teorías que cada uno considere, pero reflexionemos.

 

 

El pasado Sábado tuvo lugar la cabalgata del orgullo en Playa del Inglés, que como todos sabemos se ha convertido en la capital del movimiento en los últimos años y aunque eso nos enorgullece y enriquece en muchos campos, se escapan grandes detalles que no se están valorando y que en un futuro no muy lejano, podría pasarnos una factura muy alta en consecuencias sociales y turísticas.

 

Abría mi WhatsApp y como viene siendo habitual en nuestras vidas ante cualquier acontecimiento mediático o de interés social, se llenan de fotos y videos nuestras redes, llegando incluso a viralizarse por todo el mundo.

Con menos ropa que el legendario Tarzán, bailando y con una copa en las manos, uno de tantos asistentes era grabado divirtiéndose entre la multitud ataviado únicamente con un calcetín tapando su zona más íntima. No eran más de las cinco o seis de la tarde a todo esto, y no, no se trataba de un hecho aislado, porque como decíamos, desde hace años esta forma de libertad para algunos se da lugar en la cabalgata con frecuencia y no, parece que no es para asombrarse, no. Cuentan que no hay que ser antiguo y tener una mente abierta para acudir al orgullo y por si no fuera poco, dicen que algo así es lo más normal que puedes ver en la cabalgata y que no llega a ser para tanto. Yo hace tiempo que me perdí, si les soy sincero.

 

Pasamos también a ver orgías, prácticas sexuales varias, consumición de drogas, desnudos integrales, defecar sin apenas esconderse u orinar de la misma forma en cualquier lugar, son parte de la tónica que cada vez más, se ven a plena luz del día, en plena calle al son de la cabalgata del orgullo gay, y muchas de ellas grabadas en videos que acaban llegando a destinos insospechados. Y no olvidemos qué clase de calor puede hacer ese día, que la ropa ya no es complemento básico. No sé si a ustedes les pasa, pero no consigo ver en medio de todo esto, dónde está el reclame de derechos e igualdad.

 

 

 

Cuesta creer desde esta perspectiva que llevemos siglos en los que las muertes por luchar frente al racismo, la homofobia, sus derechos y la igualdad, se cuenten por miles. No sé en qué momento hemos perdido la brújula o en qué momento la libertad ha cambiado tanto su concepto frente al respeto, que ser anticuado pasa por no permitir ni tolerar los múltiples actos que por parte de cada vez más personas, se dan en eventos como el orgullo gay, y eso es realmente preocupante respecto a que no se está respetando la historia y parece que tampoco se está inculcando en las nuevas generaciones que disfrutan los logros pagados con sangre y asesinatos en otras épocas. No quisiera exagerar, pero asusta pensar que todo esto sea en vano, pues al menos es la sensación que parece dar.

 

El programa de actividades que conmemoran el orgullo cada año parece centrarse más en las fiestas que en la conciencia o su historia y la necesidad de inculcarla y conocerla. Ya no abundan las charlas con nuevas generaciones, actividades de concienciación, exposiciones históricas… Ahora todo parece basarse en la diversión sin límites y en gritar al mundo que eres gay y debes estar orgulloso, algo paradójico ya que por suerte, una inmensa mayoría del colectivo asegura no sentirse representado con esta fiesta en particular por considerar que no se respeta sus principios y valores. Y ahí otro posible contratiempo, encasillar a todo el colectivo homosexual en el mismo bloque por estar deformando la imagen del orgullo gay real.

 

 

 

La economía es el otro gran debate con el que se pretende excusar lo vivido cada año en las calles de Playa del inglés bajo el nombre de “orgullo gay”. Se asegura que el beneficio económico que aporta a la isla el movimiento es tal, que muchas veces llega a salvar la temporada. Sí, no cabe duda, el turismo gay a menudo goza de una estabilidad económica media alta, lo que permite disfrutar de unas vacaciones bastante cómodas, pero la realidad está cambiando.

Desde hace unos años para acá y con el agravante de la pandemia sanitaria y la crisis económica que conllevó, lo cierto es que solo los empresarios y hoteleros cercanos a la ubicación de celebración del orgullo y su cabalgata, son los que han podido notar un considerable incremento de beneficios, algo que parece haber cambiado con el resto de hoteleros y empresarios del sur de la isla, como muchos de ellos aseguran.

Además, parece haber crecido el turismo de baja calidad y aquellos que solo pasan aquí la noche previa a la cabalgata y abandonan la isla tras ella. Supongo que con el paso del tiempo y el efecto de las nuevas tecnologías que nos sitúan a tiempo real en la otra parte del mundo, el orgullo gay actual, debe estar situando a Maspalomas y Gran Canaria como el paraíso gay dónde todo es posible, vamos, algo así como la gran ciudad de Las Vegas para el resto del mundo.

 

Me gustaría acabar este artículo invitando a la reflexión y visualizando qué nos está suponiendo frente al mundo, cara a la calidad turística e imagen de la isla el orgullo gay, tal y como se está planteando hoy día. Estaría bien pensar en qué pueden estar sacando del respeto, la libertad y los valores cívicos nuestras nuevas generaciones y los niños que pueden ser espectadores directos de todo el movimiento, incluso durante su celebración. Me gustaría que reflexionáramos juntos qué imagen está tomando el colectivo y qué camino el orgullo gay. Recordemos que para pedir respeto, derechos e igualdad debe ofrecerse primero, y no, el colectivo gay no está representado en lo que hoy se entiende como “orgullo gay”, al menos, en lo que a Playa del Inglés se refiere. Si para ello, la organización de este evento debe pasar a manos directas de aquellas instituciones y organismos públicos que lo hacen posible como son el Gobierno municipal, Cabildo o Gobierno autónomo, que se considere hacerlo. Porque con todos mis respetos, el dinero no justifica el daño que todo esto podría estar haciendo inconscientemente en muchos campos dentro y fuera del colectivo gay.

 

Óscar N.R (Colaborador de Radio Faro Canarias)

2 comentarios en “ORGULLO GAY, ¿LIBERTAD O LIBERTINAJE?”

  1. Hola Oscar, estoy de acuerdo contigo en cuanto al nacimiento de este acontecimiento pero también quiero recalcar que ya el Gay Pride es simplemente una fiesta más ya no es nada reivindicativa al igual que el Carnaval se empezó a celebrar por un motivo ya hoy en día es una fiesta más en el calendario
    Besos

  2. Hubo un momento, pocas décadas atrás, que en España era una “vergüenza “ ser homosexual.
    A día de hoy yo reivindico que no sea una vergüenza, pero tampoco un orgullo, sencillamente una forma natural de defender su sexualidad.
    No, ni este “orgullo gay” ni los movimientos LGTBI a mi me representan, yo soy homosexual y la asumo con total naturalidad.
    Este tipo de celebraciones en nada tienen que ver con reclamar en España (y en Europa) derechos lógicos que tenemos reconocidos. (Artículo 14 de nuestra Constitución).
    Esta fiesta es sencillamente un carnaval…. Y lo que vemos y afirma el autor de este artículo, es exactamente igual que lo que vemos cuando “celebramos” los carnavales en nuestra tierra canaria.
    No, a mi no me representan…. Quizás habría que recordar a estos “carnavaleros” que en Irán a los homosexuales les cuelgan de las grúas para ahorcarlos.
    Ahí sí que tenemos que manifestarnos, pero frente a las Embajadas de los países donde la homosexualidad todavía es condenada con la muerte.

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