En su última intervención antes del parón veraniego, la osteópata María Corbacho nos dejó un mensaje profundo y necesario: la importancia de cultivar la templanza como herramienta para la salud mental, emocional y espiritual. Desde su espacio en El Batiburrillo, Corbacho diferenció entre “aguantar” y “tener templanza”, subrayando que muchas veces el dolor se perpetúa no por lo que vivimos, sino por cómo lo revivimos mentalmente.
Alertó sobre cómo la falta de gestión emocional puede provocar enfermedades físicas y desgaste mental, especialmente en épocas de convivencia como el verano. También defendió el valor de las terapias alternativas, el autocuidado, el ejercicio, la respiración consciente y el contacto con la naturaleza como caminos para reconectar con uno mismo.
Antes de despedirse, recordó que la felicidad no se persigue, se cultiva desde dentro, y animó a cuidarse, a amarse y a no tomarse las cosas “a la tremenda”, porque perder la templanza es perder fuerza vital.
María estará localizable este verano en el 692 53 20 11
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