Que San Fernando de Maspalomas es una localidad a medio hacer es una realidad que a todos nos desagrada a pesar de que llevamos más de treinta años intentando poner los mimbres para que se convierta en la gran ciudad del sur de la isla. La falta de inteligencia y la inexistencia de un proyecto coherente y consensuado por las distintas fuerzas políticas, económicas y los colectivos sociales han frustrado las esperanzas de todos, favorecido a otras localidades limítrofes y dilapidado muchos recursos en acciones incoherentes e improvisadas.
Ejemplos de la precariedad en que nos hallamos las hay por todas partes: los alrededores del Centro de Salud de Maspalomas ubicado en medio de un “terreguero inaceptable”; el Lomo de Maspalomas, con basura y construcciones indeseadas o el Canódromo y el barranco en Buenavista; todas ellas muestras deplorables de la imagen que iluminan los accesos a Maspalomas.
El entorno del Canódromo es la perfecta la imagen que no debiéramos permitirnos; una añeja y extrema a la vista de todos. No es solo el lamentable estado de conservación del fondo y los márgenes del barranco en aquella zona, sino la horrorosa situación en que se halla el antiguo Canódromo: un inmueble en estado de ruina absoluta, atestado de basuras y escombros, deslavazado por todos sus costados y albergado por un desconocido número personas, algunas con problemas graves. Todo este espectáculo frente a una importante comunidad de vecinos resignados o de los cientos de compradores -en su mayoría extranjeros- que aparcan y transitan aquellas inmediaciones cada dia.
¿Donde estarán los responsables de los servicios de sanidad municipal o de la indisciplina urbanística que no ven lo que alli sucede?, ¿es que no se informan de los frecuentes conatos de incendio, de los riesgos de contaminación sanitaria o de los destacables incidentes violentos que alguna vez allí se han dado?.
¿A que espera el Ayuntamiento para arbitrar un procedimiento que obligue a la demolición de este edificio que barrunta ruina y que pudiera acarrear, en cualquier momento, otras desgracias personales que nadie desea? ¿Por qué tener en tan baja estima a los residentes de esta parte de Buenavista para que estos no merecen una acción contundente y radical de la Corporación Municipal?. Herramientas legales tienen en sus manos, pero decisiones ejemplares no parecen estar dispuestos a tomarlas.
Bien está que publiciten y hagan bandera de sus éxitos en la gestión de otros asun tos municipales, pero deberían reflexionar que, los éxitos efímeros de las inauguraciones quedan inmediatamente anulados por el padecimiento diario y el descrédito que deriva del abandono, la mediocridad y la desidia en la vida diaria de las gentes. Si no se atienden las necesidades y los servicios básicos que mas afectan a la población y que hacen vivible y amable el municipio la publicidad hace bien poco en favor de los que gobiernan. Por ello
invitamos a los responsables políticos del Ayuntamiento a ejecutar la demolición y restauración medioambiental del barranco de Buenavista, por salud, por estética y porque mejorará realmente a los vecinos y a Maspalomas.