Pedro Jesús Jiménez Rivero, conocido popularmente como Pedro Ulla, cuenta desde la tarde de ayer, martes 9 de diciembre, con una escultura en la plaza Doctor Pedro Betancor de Playa de Mogán. El emotivo acto inaugural contó con la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, concejales de la Corporación, familiares y vecinos y vecinas del homenajeado, quedando manifiesto el cariño de toda la comunidad, que ahora podrá recordarlo desde su nuevo hogar en el emblemático punto de la localidad marinera.

En el acto intervinieron familiares y allegados de Pedro Ulla, que falleció el 30 de enero de 2024 dejando al municipio desolado. También la alcaldesa Onalia Bueno, que afirmó “era una muy entrañable y bondadoso” y justo merecedor de este reconocimiento. Cabe recordar que esta iniciativa fue propuesta por el Gobierno local en moción plenaria y aprobada por la unanimidad de todos los grupos.
La concejala de Presidencia, Tania Alonso, agradeció la presencia de vecinos y vecinas de todo el municipio. “Han venido a arropar a la familia de Pedro, una persona mágica e inolvidable que estará siempre en nuestros corazones y que ahora tendrá presencia en esta plaza Doctor Pedro Bertancor León, la plaza del barrio”. De igual forma agradeció la implicación de la familia y el trabajo realizado por el escultor, Paco Suárez, también presente.

Antes de describir la escultura, los y las presentes disfrutaron de un vídeo de imágenes del homenajeado, recordando así bonitos instantes y cómo era en vida. Pedro Jesús Jiménez Rivero era conocido por su bondad y su entrañable carácter. Fue el tercero de cinco hermanos y a lo largo de su vida formó parte integral del tejido social de Playa de Mogán, creciendo en este barrio marinero donde desarrolló una fuerte conexión con el entorno y su gente. Desde su niñez, aprendió a nadar con los marineros y, en sus primeros años, llegó a salir a faenar con ellos, una experiencia que cimentó su amor por el mar.

En el recuerdo de muchos vecinos y vecinas, Pedro permanecerá vinculado a la imagen de sus cajas y su carro lleno de pescado fresco, elementos que no podían faltar junto a su escultura. Además, siempre dispuesto a ayudar a los comerciantes y restauradores locales, era conocido por realizar recados, como tirar la basura o hacer compras para quienes lo necesitaban. A cambio, recibía una pequeña propina, que siempre utilizaba para comprar regalos a sus seres queridos o para cubrir las necesidades de su hogar.



