(AUDIO) Carlos Álamo, consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, ha estado presente en la inauguración del XI Foro Internacional de Turismo de Maspalomas Costa Canaria. “Venimos participando en él prácticamente desde la 1ª edición”, explica. Álamo se ha mostrado muy agradecido con el equipo de Turismo Gran Canaria, que ha permitido, gracias a su implicación, que la isla tenga grandes resultados con respecto al sector.
Una de las cuestiones que ha abordado el foro ha sido la turismofobia, que ha visto, en los últimos años en Canarias, un creciente aumento dado el incremento de viviendas vacacionales en zonas residenciales. El consejero de Turismo resalta que por suerte en Gran Canaria todavía no han detectado focos de turismofobia. “Los datos que tenemos de facturación son buenos datos, pero no debemos relajarnos y pensar que está todo hecho”, sostiene.
Según Álamo, la turismofobia aflora cuando el destino turístico se encuentra en el punto más álgido del éxito. “Al final, esto es una industria que debe generar riqueza y calidad de vida a los residentes en Gran Canaria, por lo que hay que buscar el término medio”, explica. Álamo resalta que si nos olvidamos de esos aspectos estamos abocados a cometer los mismos errores que otros.
“Hay que empezar a hablar sin tapujos de este tema, con la gente que lo conoce, para tener la formación y la información”. El consejero de Turismo destaca que uno de los puntos con los que los usuarios que visitan las islas están más satisfechos es con la amabilidad de la ciudadanía isleña, convirtiéndose en una potencialidad más de la isla: “Hay que cuidar esto para que no desaparezca”.
Otro de los aspectos planteados fue la implantación de la tasa turística y la tasa verde en las islas, un hecho del que Álamo asegura que hay que dialogar. “Tenemos que procurar que la industria no vaya en contra de los intereses de los grancanarios y grancanarias”, expresa. El consejero socialista explica que ve lógico y defendible el objetivo de la tasa, sin embargo, resalta que hay ayuntamientos, como el de San Bartolomé de Tirajana, que no necesita dinero para la mejora de los espacios, ya que cuenta con una de las mayores dotaciones presupuestarias del archipiélago: “si el residente está pidiendo más servicios y el ayuntamiento no se los está dando no es porque falte dinero, sino por la falta de gestión”.
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