Miguel Ángel Rodríguez, Director General de Ordenación, Formación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias ha sido uno de los ponentes intervinientes en la conferencia que ha abierto la 2ª jornada del XI Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria, bajo el nombre ‘Nuevas perspectivas de ordenación del uso turístico de viviendas en Canarias’. “El objetivo es buscar la sostenibilidad social, cultural, ambiental y económica de la explotación turística de una vivienda”, ha explicado Rodríguez.
El equilibrio entre turistas y residentes es una de las claves para que el sector crezca de forma estable, sin afectar negativamente a la ciudadanía. “A día de hoy el 35% de la oferta alojativa en Canarias es la vivienda vacacional, se pueden poner límites”, resaltó el director general de Promoción Turística. Rodríguez ha asegurado que no se trata de eliminar este ámbito alojativo, pero si regular para que no siga creciendo incontroladamente: “Puede haber viviendas vacacionales sí y seguirán habiéndolas, de manera regulada”.
Miguel Ángel Rodríguez ha mantenido que para ello desde la dirección general otorgarán los instrumentos necesarios para que ordenen, en base a una técnica llamada zonificación. “El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana para ordenar la vivienda y especializar usos hará un plan especial para San Agustín o Playa del Inglés y otro diferente para Tunte o Meloneras que serán diferentes”, expresó.
Asimismo, existe un miedo generalizado por los propietarios de este tipo de alojamientos, por lo que Rodríguez ha especificado: “Las viviendas vacacionales que están seguiran, duerman tranquilos habrá como en todo, un régimen transitorio”. En este proceso transitorio, las viviendas deberán adaptarse e invertir en cuestiones, por ejemplo, como la sostenibilidad, para “garantizar que los pueblos no pierdan su identidad”.
El sur de Gran Canaria tiene un problema claro con la residencialización de las zonas turísticas, por lo que Rodríguez junto a la Asociación de Municipios Turísticos de Canarias, han planteado una alternativa que permita conciliar el derecho a la vivienda con el derecho a la propiedad privada y la explotación turística. “Nuestro territorio es limitado, si en el territorio más atractivo situamos primeras o segundas residencias, los turistas se irán a Chipre o a cualquier otro lugar”, recalcó.
“Somos las islas afortunadas y presumimos legítimamente de ello, pero ¿cuidamos bien la joya de la corona? Seguramente no”, mantuvo. En el caso, por ejemplo, del municipio de La Oliva en Fuerteventura, más de una tercera parte de las viviendas se destinan al alquiler turístico, algo que como vecino de este municipio indigna a Rodríguez: “El pueblo se diseñó para uso residencial y le ponemos un límite cuantitativo o será un poblado turístico”.
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