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UN DOMINGO DE JULIO “Prefiero los abrazos”

El viento del sur golpea las ventanas y puertas que normalmente reposan al resguardo de los fuertes alisios y, de fondo escucho, una lavadora incansable que aprovecha las horas valle para rendir con el máximo de ropa posible, mientras mi vecino lava el coche “obsequiándonos” con generosidad el monótono ritmo de un reggeaton que ni tan siquiera con las ventanas cerradas deja de ser algo desquiciante.

 

Hay una leyenda urbana que cuenta que para la resaca del día siguiente la mejor solución es tomar una cerveza. Y si la resaca es provocada por las emociones, ¿funcionará el mismo apaño?. Ha sido una semana intensa en cuanto a emociones se refiere, y hoy domingo en plena recuperación y toma de consciencia, lo que me está funcionando es recordar, todos y cada uno de los abrazos recibidos a lo largo de estos días.

 

Abrazos sinceros, esos que funden los cuerpos. Abrazos en forma de gesto. Abrazos forjados a base de palabras. Besos que son abrazos y abrazos que son caricia. Con esos me quedo, los abrazos que nunca serán rotos, los que protegen, sanan y cuidan.

 

Me imagino que a lo largo de estos días también otros abrazos lucirán en la espalda, esos que al girarte descubres que dejan la señal de sus zarpas y que, los buenos abrazos con la ayuda del tiempo ayudarán a cicatrizar con experiencia y sabiduría.

 

Todos los abrazos emocionan, pero hoy me quedo con uno que representa 31 abrazos, el mismo número de familias que podrán acceder a un recurso necesario que contribuirá a mejorar la calidad de vida de personas con algún tipo de enfermedad mental y sus familias.

 

Hacer recuento de abrazos es un buen remedio para combatir la resaca emocional. Y también lo es el agradecimiento, por esa misma razón agradecer a mis compañeros y compañeras el apoyo mostrado para continuar al frente del PSOE en Santa Lucía, una responsabilidad que asumo con orgullo e ilusiones renovadas.

 

De la misma forma que creer es fundamental para convencer, emocionar es necesario para transformar. Y en ese camino sigo con clara determinación. Para quienes creemos en la política como un elemento de construcción, progreso, consenso, respeto y punto de encuentro, los abrazos son inicio, medio y objetivo.

 

Quienes creemos en la política del abrazo, rechazamos sin vacilar cualquier tipo de conducta violenta en cualquiera de sus manifestaciones o versiones. Todas sin excepción, desde la que destaca en los medios de comunicación, hasta la que esconden las palabras que no llegan a ser insultos de manera premeditada pero que sin embargo son escupidas con la intencionalidad de proyectar odio hacia quien las recibe. No figura en los medios de comunicación, no cuenta con grandes titulares, pero sin embargo ahí está muy presentes, constituyéndose en un caldo de cultivo, que prolifera con el silencio cómplice de quienes vociferan escandalizados por un monstruo que han construido a base de blanquear e invisibilizar de manera interesada y grandes dosis de hipocresía sus propias conductas invasivas.

 

A buen entendedor pocas palabras bastan, de aquellos barros estos lodos.

 

Mientras otros hablan de agresiones, violencia y enfrentamiento yo prefiero hablar de lo que nos une, y no hay nada que nos una más que un abrazo. Prefiero los abrazos.

Julio Ojeda (Opinión)

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